Al hablar de objeto como equivalente teórico de un fenómeno, estamos intentando asumir una posición constructivista –construcción como contrapuesta a reproducción del dato- según la cual el problema es una forma de expresión de lo social, a la cual no se accede directamente, sino a través de mediaciones que tratan, desde distintas perspectivas, de reconstruir las relaciones entre las expresiones de lo real y sus significaciones. Una perspectiva constructivista con relación al objeto –contrapuesto a posiciones empiristas- considera que el objeto sólo puede ser reconstruido mediante un complejo de relaciones conceptuales respecto a fenómenos sociales, de modo que el fenómeno inmediato no se construye en objeto, porque “el fenómeno inmediato no presenta problemas”; tal fenómeno sólo se entorna objeto cuando es problematizado por los objetos que se proponen comprenderlo, redefinirlo o modificarlo, siempre según una perspectiva.